lunes, 13 de diciembre de 2010

La Lluvia nos pone ardiente


Cuando llueve, estoy seguro que piensas lo mismo que yo, ¿por qué será que la frescura de la lluvia hace que te enciendas?  Claro  porque cuando la lluvia cae y humedece los pétalos de las rosas,  de la misma forma te  humedeces  y enciendes  la llama de la  pasión, que solamente puede ser mitigada con tu húmeda  y cálida morada, la magia de la lluvia hace que nuestros cuerpos  ardan  desenfrenadamente y que luego vuelva la calma después de la tempestad.
         (José Luis Zabaleta Mora).

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